Mieles, rosas y una mariposa inquieta son mis tesoros tangibles.
En el corazón, -donde nadie toca, pero todo se siente-, palpitan las mujeres que me multiplicaron: Yanet y Yamel mis hijas, y ahora las pequeñas: Gaby, Dany y Sofí: semillas.
Todas somos iguales y distintas. Quiero que sean mejor que yo y ciertamente me auto estimo como buena persona.
No tengo nada y no quiero nada. Mi búsqueda es por la vida. Buscando emociones.
No quiero terminar "Mi Vida Linda" dominada por la rutina. Por eso ando con esa sonrisa y a los amigos los invito al disfrute del cuerpo, de la mente.
Me
seduce viajar. Me interesan los hombres que sepan besar. Me gusta escribir sin
mandatos. Siento a seres extraterrestres deambulando en mi sombra. Rezo sin saber que me escuchan.
Todo esto me hace muy feliz
Todo esto me hace muy feliz
Finalmente: acepto que Santo Domingo me atrapa: su luz es suprema, pero nací en La
Habana: mi ciudad encantada.
Allí disfruté el primer besó, la primera caricia y
allí al borde de mi río moriré.
Maritza
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