martes, 21 de febrero de 2012

Sombras



Entras y no pides "permiso", ni  dices "buenas", ni "hola", ni "¿que tal?".
Entras y tropiezas con mi hombro y te acercas a mi parte de atrás,
y  luego sin reparar en nada, besas mi oreja atrapada en la curva del pendiente,
que te deja pasar.

Y llegas y me seduces en la cocina
En el aula, en el jardín
Y entonces miro el rostro de mi propio espejo y distingo
siluetas sin bordes y te veo a mi espalda
tocando mi cintura como la trampa de Adán.

Y me susurras al oído
me dibujas
y recortas las fotos de mi primer beso
y estampas sin miedo tú mirada 
y me logras desquiciar.

Luego  con tú pincel  delineas mis ojos y  levantas la ceja de mi cara
y pones color a mi sonrisa 
y me das tú anillo y no respondes la pregunta de la respuesta que callas
y te vas.

 Ciertamente no sé cuanto tiempo estarás,
 No se si firmaremos papeles
 o si guardas el poema que te di,
 pero ya eres mi sombra
 y me gusta sentir que me llamas,
 y pienso en el tren que me llevará a aquel museo de historias
 y en la ciudad sin cristales, inspirare el embrujo de mi luz.


Maritza Barranco

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