Entras y no pides "permiso", ni dices "buenas", ni "hola", ni "¿que tal?".
Entras y tropiezas con mi hombro y te acercas a mi parte de atrás,
y luego sin reparar en nada, besas mi oreja atrapada en la curva del pendiente,
que te deja pasar.
Y llegas y me seduces en la cocina
En el aula, en el jardín
Y entonces miro el rostro de mi propio espejo y distingo
siluetas sin bordes y te veo a mi espalda
tocando mi cintura como la trampa de Adán.
Y me susurras al oído
me dibujas
me dibujas
y recortas las fotos de mi primer beso
y estampas sin miedo tú mirada
y me logras desquiciar.
y me logras desquiciar.
Luego con tú pincel delineas mis ojos y levantas la ceja de mi cara
y pones color a mi sonrisa
y me das tú anillo y no respondes la pregunta de la respuesta que callas
y te vas.
Ciertamente no sé cuanto tiempo estarás,
No se si firmaremos papeles
No se si firmaremos papeles
o si guardas el poema que te di,
pero ya eres mi sombra
y me gusta sentir que me llamas,
y pienso en el tren que me llevará a aquel museo de historias
y en la ciudad sin cristales, inspirare el embrujo de mi luz.
Maritza Barranco
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